5/10/2024

La gorra de Francisco

 Soy de esas personas que tiene sus piques con sus amigos, de otros equipos. Mi amigo Paco, es valencianista. De Almassora, pero valencianista.

Cada fin de semana, nos picamos, pero nos alegramos o nos disgustamos mutuamente, como buenos amigos.

En pandemia, sufrió la perdida de su padre, Francisco. 

Su padre era albinegro por todos los costados. Almassorí, del Almassora y del Castellón. Era abonado de los que no faltaba a Castalia siempre que su salud se lo permitía. Patidor.


Le acompañaba en su coche, siempre, su gorra del Castellón. 

Al tiempo de fallecer, cuando las restricciones se lo permitieron, mi amigo Paco, quiso verme.

Escondía algo y quiso apartarse conmigo del grupo de amigos. Me dio la gorra y me contó la historia. "Mi padre era muy albinegro. Allá donde iba, hablaba del Castellón. Cuando iba a cualquier lado, se ponía la gorra, siempre la llevaba en el coche para no olvidarla. No tiene sentido que la tenga yo. Se que tú, la cuidarás porque tienes ese sentimiento".

Después de llorar, porque otra cosa no, pero llorona soy un rato, guardé la gorra. No supe que hacer con ella. La guardé.

El sábado, en la soledad de ver el partido contra el Murcia, la saqué por primera vez de donde la dejé descansar. La volví a guardar. El domingo, la volví a sacar para ver el partido del Córdoba.

No se que me impulsó a hacer eso. No se porque saqué del cajón la gorra de Francisco, que llevaba en el cajón tanto tiempo guardada. Tampoco se bien que hacer con ella ahora mismo. 

Solo se, que Francisco, estará muy contento, como tantos y tantos albinegros, en el tercer anfiteatro, como mi papá, viendo todo lo que ha pasado esta temporada.


5/06/2024

Un ascenso. Una bufanda. Una promesa.

Un día, camino de Castalia, Sofía me hizo una pregunta:
- Mamá, ¿Cuándo piensas quitar esa bufanda mugrosa del coche? y ya puestos...el banderín...lo has reparado muchas veces y Mario y yo te hicimos el escudo, podrías cambiarlo también.
Paré. La miré.

La bufanda mugrosa que dice ella, juraría que está tatuada ya en el salpicadero de Paquito (mi coche).
Esa bufanda ha cumplido la mayoría de edad esta temporada.

Tenía la mala costumbre de olvidar, muchas veces, coger una bufanda cuando iba a Castalia. Algunos domingos salía de casa por la mañana y ya no volvía hasta después del partido...otras veces, simplemente se me olvidaba. Esa fue la última que compré. Me acompañó a muchos partidos.

La dejé definitivamente en el coche, el día que mi padre decidió que Paquito era mío. Nos fuimos a nuestra aventura a Vilafranca. Se terminó lo de ir a Castalia. Nuestra vida cambió, mucho.

Cada fin de semana, la radio y la televisión, eran mis fieles compañeros para seguir lo que pasaba con mi equipo. Lloros, muchos. Y mi pobre bufanda (oye, y el banderín, que también está ahí desde el mismo instante que la bufanda) aguantaron nevadas y tormentas en la plaza...esperando volver.


No la volví a sacar nunca más. Terminó la radio. Volví a casa...y un día volví a Castalia. Pero la pobre bufanda, se quedó donde estaba.

Sofía volvió a insistir.

-Mamá, te he hecho una pregunta.
-Hija, si ascendemos. Cambio la bufanda cuando subamos.

Tengo que ser sincera. Entré un poco en pánico, porque viendo como iba todo...pues veía muy factible tener que cumplir con lo de quitarle la bufanda a Paquito.

Ayer, cuando volvíamos de Castalia, tardó "cero coma" segundos en insistir...

-Mamá...sabes que tienes que cumplir, ¿verdad?
-...suspiro...

Tengo miedo, de levantar esa bufanda...Lleva demasiados años ahí. Ha perdido completamente el color.
No la he movido ni una sola vez desde que decidí que se quedaba a vivir donde está.
Tengo horror de que se desintegre.
Ah...y el banderín.
Ese no me da miedo quitarlo, se cae cada vez que llega la romería de Santa Quiteria y añado una nueva cinta roja. Seguro que el escudo que hicieron mis criaturas, queda muy bonito. Solo queda pasar un rato de hacer manualidades y prepararlo para colgarlo.

Pero...ay la bufanda...en que momento se me ocurriría a mi decirle a Sofía que la iba a cambiar si ascendíamos.